23 frases para entender a Martin Luther King

Desde niño, este muchacho nacido en Atlanta en 1929, supo lo que era el racismo. Imagínate crecer en un sur segregado, donde te dicen a qué escuelas ir, en qué fuentes beber agua y hasta dónde sentarte en un bus. Pero Martin no era de los que se quedan callados, y tampoco de los que responden con puños. Desde joven, decidió que la palabra y el amor serían sus armas.

Irene Paredes

Frases de Martin Luther King

  1. Quizás el sufrimiento y el amor tienen una capacidad de redención que los hombres han olvidado o, al menos, descuidado.
  2. Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien.
  3. Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca perder la infinita esperanza.
  4. Nada se olvida más despacio que una ofensa; y nada más rápido que un favor.
  5. La injusticia, allí donde se halle, es una amenaza para la Justicia en su conjunto.
  6. He decidido apegarme al amor. El odio es una carga demasiado grande para soportar.
  7. Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.
  8. Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual.
  9. La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Solo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Solo el amor puede hacerlo.
  10. Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir.
  11. Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.
  12. El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro.
  13. La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.
  14. De mi formación cristiana he obtenido mis ideales y de Gandhi la técnica de la acción.
  15. Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
  16. Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.
  17. Me niego a aceptar la idea de que la humanidad está trágicamente vinculada a la opaca medianoche del racismo y de la guerra, que hacen imposible alcanzar el amanecer de la paz y la fraternidad.
  18. Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano.
  19. La discriminación de los negros está presente en cada momento de sus vidas para recordarles que la inferioridad es una mentira que sólo acepta como verdadera la sociedad que los domina.
  20. Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
  21. La pregunta más urgente y persistente en la vida es: ¿Qué estás haciendo por los demás?
  22. El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia.
  23. Sostengo que quien infringe una ley porque su conciencia la considera injusta, y acepta voluntariamente una pena de prisión, a fin de que se levante la conciencia social contra esa injusticia, hace gala, en realidad, de un respeto superior por el derecho.

Martin Luther King: El soñador que cambió una nación

Inspirado por las enseñanzas de Gandhi y el concepto de la no violencia, Martin se convirtió en el líder del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos durante los años 50 y 60. Se le veía por todos lados: protestas, boicots, marchas… Si había que alzar la voz por la igualdad, ahí estaba él.

Una de sus jugadas más famosas fue el boicot de autobuses de Montgomery. Rosa Parks, una señora negra, se había negado a ceder su asiento en el bus a un pasajero blanco. Como respuesta, Martin y otros activistas impulsaron un boicot. ¿Resultado? 381 días sin subir a un bus y finalmente, ¡victoria! Las leyes de segregación en los buses se declararon inconstitucionales.

Pero si hay algo que todos recordamos de Martin es ese discurso, sí, el de “I Have a Dream” (“Tengo un sueño”). Ese día de 1963, frente al Lincoln Memorial en Washington, D.C., Martin no solo habló, sino que cantó un futuro en el que sus hijos no serían juzgados por el color de su piel, sino por su carácter. Sus palabras retumbaron y nos mostraron un futuro brillante que todos, independientemente de nuestra raza, anhelamos.

Sin embargo, como ocurre con las grandes mentes, Martin tuvo sus detractores. Su mensaje de amor y unidad, aunque parece obvio para muchos, generaba resistencia y odio en otros. Lidió con amenazas, arrestos y ataques, pero nunca cedió ni respondió con violencia. Para él, la lucha era un acto de amor, una manera de unir y no de dividir.

Y es que para Martin, la libertad no era solo para los afroamericanos. Soñaba con un mundo donde TODOS fuéramos libres. Criticó la pobreza, habló contra la guerra de Vietnam y promovió la justicia para todos, independientemente de su color, religión o nacionalidad.

Lamentablemente, su voz se apagó demasiado pronto. En 1968, en un motel de Memphis, Martin fue asesinado. Pero, ¿saben qué? Aunque intentaron silenciarlo, su eco sigue vivo. Su sueño vive en cada uno de nosotros que creemos en la igualdad, el amor y la justicia.

Hoy, Martin Luther King Jr. no es solo un nombre en los libros de historia. Es un recordatorio de que, con determinación y amor, podemos cambiar el mundo. Porque al final del día, todos tenemos un sueño, y gracias a gente como Martin, sabemos que es posible alcanzarlo.

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